InicioNacionalesRécord de informalidad laboral: 4 de cada 10 argentinos trabajan “en negro”

Récord de informalidad laboral: 4 de cada 10 argentinos trabajan “en negro”

Un nuevo informe de la UBA revela que el empleo informal sigue creciendo y alcanza niveles históricos: el 43,2% de los trabajadores argentinos no tiene cobertura legal ni social. Jóvenes y asalariados son los más afectados.



Más empleo, pero sin derechos

El mercado laboral argentino muestra señales preocupantes: según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, la informalidad laboral llegó al 43,2% en el segundo trimestre de 2025, marcando un récord. Entre los asalariados, el 37,7% trabaja fuera de la cobertura legal, sin aportes ni acceso a derechos básicos.

La investigación, coordinada por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, advierte que esta situación no es temporal, sino un fenómeno estructural que impacta directamente en la calidad de vida de millones de argentinos.

Jóvenes: la franja más golpeada

La situación más alarmante es la de los jóvenes de 16 a 24 años: el 63% trabaja en negro. Casi 2 de cada 3 jóvenes empleados carecen de aportes, obra social y derechos laborales básicos.

Además, el 42% de los trabajadores informales vive en hogares por debajo de la línea de pobreza, frente al 12% de los asalariados registrados. Tener empleo, hoy, ya no garantiza escapar de la pobreza.

Salarios por debajo de la canasta básica

El informe también muestra que el 40% de los trabajadores informales gana menos que la canasta básica individual, mientras que solo el 5% de los formales se encuentra en esa situación.

Por categoría, la informalidad afecta más a los trabajadores por cuenta propia (62,5%), seguida por los asalariados (37,7%) y los empleadores (22,2%). La mayor parte del trabajo informal se concentra en el sector asalariado, que representa el 72% del empleo en el país.

Un problema estructural con impacto social

La UBA concluye que la informalidad laboral no es un fenómeno pasajero. Sus efectos van más allá del ámbito laboral: profundizan la desigualdad, debilitan el sistema previsional y dejan a millones de personas vulnerables, incluso cuando tienen empleo.

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