El expresidente del Banco Central advirtió que sin una transformación profunda, no hay estabilidad posible. Propuso cuatro “revoluciones” para cambiar el rumbo.
El economista Martín Redrado lanzó un duro diagnóstico sobre la situación económica del país y aseguró que la Argentina necesita mucho más que ajustes parciales: “No alcanza con correr el arco, hay que cambiar de cancha”, afirmó.
En declaraciones radiales, el ex titular del Banco Central remarcó que la escasez de dólares es estructural y que el país debe generar divisas genuinas a través de inversión y exportaciones, en lugar de seguir dependiendo del ingreso de capitales especulativos.
Según datos de la Fundación Capital, que Redrado preside, el nivel óptimo de reservas para afrontar tensiones cambiarias y obligaciones internacionales ronda los 47.000 millones de dólares. Sin embargo, las reservas líquidas disponibles, una vez descontado el swap con China y los encajes en dólares, no superan los 25.000 millones. “Estamos 22.000 millones por debajo del nivel de seguridad. Así no hay estabilidad posible”, advirtió.
Sobre la reciente suba del dólar, Redrado fue tajante: “Cuando faltan dólares, el precio sube. Es la lógica de cualquier bien escaso”. Y cuestionó la apuesta del Gobierno por atraer fondos financieros de corto plazo: “Son dólares volátiles, que generan más incertidumbre que estabilidad”.
En contraposición, propuso una hoja de ruta con cuatro pilares o “revoluciones”:
Impositiva, para combatir la informalidad y reducir la presión tributaria.
Exportadora, con apertura de mercados y acuerdos de inversión.
De infraestructura, para mejorar la logística y competitividad.
Federal, con mayor autonomía fiscal para las provincias.
“Argentina tiene que dejar de pensar en parches y construir una economía moderna, que genere empleo y producción”, insistió.
Redrado también criticó el enfoque oficial que minimiza la falta de reservas: “Esto no es una cuestión de relato, es una necesidad objetiva. Sin dólares genuinos, la presión cambiaria va a continuar”.
En un contexto internacional desafiante, destacó que el dólar sigue siendo la moneda de reserva dominante —representa el 60% de las tenencias de los bancos centrales—, aunque enfrenta un escenario de fragmentación financiera global.
Por último, cuestionó la política comercial del Gobierno: “Importamos más y exportamos menos. No se puede abrir la economía si no se abren mercados para las empresas argentinas. En este mundo transaccional, nadie regala nada”.
Y concluyó: “Si queremos estabilidad cambiaria y desarrollo, necesitamos un modelo económico basado en inversión, producción y trabajo. No en especulación ni deuda”.
