La emblemática planta de Sastre, Cramaco (hoy DBT), anunció el fin de la fabricación de alternadores y generadores eléctricos, despidiendo a 35 trabajadores —casi el 90% de su personal— y centrando su actividad en la importación de productos.
Empresa metalúrgica deja de producir.
La UOM calificó la situación como “muy fea”, destacando que los despidos afectan a empleados con décadas de trayectoria: hay casos de 40, 37 y 28 años de antigüedad. Según Jorge Herrador, delegado gremial con más de 25 años en la planta, “nos echaron a todos a la calle. Esto refleja la intención de la empresa de dejar de producir en Argentina”.
Cramaco, que funciona desde 1947 y pasó a llamarse DBT en 1999 tras un cambio de dueños, se consolidó como líder del mercado local con una participación del 85% y exportaciones a América, Europa y Asia gracias a su alianza con la multinacional española Himoinsa desde 2003.
La medida golpea a Sastre, una ciudad de unos 6.000 habitantes donde la planta era uno de los motores económicos principales. La firma continuará operando, pero solo como depósito y centro de ensamblaje, con solo dos o tres empleados de logística encargados de recibir y preparar los productos importados, principalmente desde China.
No es el primer ajuste: en septiembre de 2024 ya se habían despedido 16 trabajadores debido a la caída de ventas y al impacto de la apertura de importaciones. El stock acumulado de generadores y las bajas ventas mensuales anticipaban la crisis que hoy se concretó.