En menos de una semana, Javier Milei pasó de defender a ultranza a José Luis Espert a avalar su salida de la lista de candidatos. El martes, el presidente había sido categórico: “Si yo cortara la cabeza de Espert, estaría confirmando que lo que dicen es verdad”. El domingo por la noche, esa defensa ya no existía.
Espert renuncia tras el escándalo con Fred Machado
El cambio abrupto revela la presión interna y externa que obligó a Milei a sacrificar a uno de sus principales aliados para intentar contener el escándalo. José Luis Espert se retiró acorralado por su conexión con el narcotraficante Fred Machado, y en su lugar ingresará Diego Santilli.
La defensa férrea del martes: “No voy a ceder ante forajidos”
Durante una entrevista radial, Milei había acusado a los denunciantes de armar una operación política en su contra:
“Es injusto. Entonces cualquier persona que viene y ensucia con chistes o cosas prefabricadas, ¿me va a costar la cabeza? Me parece un disparate.”
Más adelante, subrayó la lógica de no ceder:
“Cuando usted hace eso, además le valida el disparate. Claro, si yo te echo es porque es verdad lo que dijo Juan (Grabois).”
Y concluyó con una frase que, vista hoy, parece casi irónica:
“Yo no voy a permitir que un conjunto de forajidos me venga a marcar la agenda.”
El giro del domingo: “La Argentina siempre está por encima de las personas”
Menos de una semana después, la presión política y mediática impuso su peso. Milei anunció la salida de Espert, confirmando que, finalmente, “el conjunto de forajidos” sí logró marcar la agenda. Con este movimiento, el oficialismo inicia una nueva etapa electoral, intentando reacomodarse en medio de lo que ya se perfila como su peor crisis.