Mientras Javier Milei se muestra en el exterior cosechando apoyo internacional, la vicepresidenta Victoria Villarruel apuesta a consolidar su rol en el Senado, tejiendo vínculos propios y diferenciándose de su compañero de fórmula con gestos políticos y discursivos.
Durante el viaje de Milei a Estados Unidos, donde se reunió con Donald Trump y buscó garantizar respaldo financiero, Villarruel eligió un perfil distinto: selfies con estudiantes, recorridas provinciales y mensajes en redes, dejando en claro que la responsabilidad de las decisiones corresponde al Presidente.
Desde su entorno destacan que el consultor Mario Russo, nuevo asesor de comunicación digital, la está ayudando a reforzar su presencia online. Incluso sorprendió al defender la libertad de expresión y los medios, un gesto poco habitual en la interna libertaria.
Mensajes en clave interna
Villarruel también usa las redes para enviar definiciones políticas claras. Resaltó un editorial que la describe como “serena, solvente y empática”, en contraste con los “desmanes” de la Casa Rosada. Ante un seguidor que le pidió imponerse en la interna, respondió con firmeza: “No tolero las faltas de respeto. Quien lo hizo debe pedir disculpas”.
Desde el Senado, convocó a la comisión de Asuntos Constitucionales para avanzar con la interpelación a Karina Milei por el escándalo de la criptomoneda Libra, marcando distancia con la familia presidencial.
Recorridas y gestos propios
En la Universidad del Salvador, Villarruel reafirmó su compromiso con el Senado y lanzó un mensaje que pareció dirigido al Presidente: “Se puede ser vehemente y claro sin insultar ni despreciar al otro”. Ante reclamos de estudiantes por despidos, destacó que las respuestas corresponden al Poder Ejecutivo.
En paralelo, recibió al embajador de Brasil, Julio Glinternick Bitellis, en un contraste notable con el enfrentamiento de Milei con el gobierno de Lula da Silva. Además, renovó su imagen pública con un nuevo look diseñado por su estilista y maquillador de confianza.
Una vice que busca diferenciarse
Sin confrontar directamente, Villarruel apuesta a mostrarse cordial, legislativa y abierta al diálogo, incluso con opositores como Martín Lousteau o referentes del peronismo federal. En un contexto de tensiones internas y con la mirada puesta en octubre, la vicepresidenta juega su propio partido, cultivando un perfil distinto al del Presidente.